21 de febrero, 2025
El inicio de un nuevo ciclo lectivo se presenta como una oportunidad única para reinventar la educación, transformándola en un proceso que va más allá de la transmisión de conocimientos. Hoy se trata de formar ciudadanos integrales, capaces de pensar críticamente, actuar con ética y desarrollar una profunda sensibilidad hacia el otro en un entorno digital en constante cambio.
Reinventando el aula: del aprendizaje pasivo al protagonismo estudiantil
El modelo tradicional, centrado en evaluaciones y calificaciones, ha dejado a muchos estudiantes desconectados y desmotivados. Es momento de replantear las aulas como espacios dinámicos de aprendizaje, en los que el error se convierte en una oportunidad para crecer. Las metodologías activas—como el aprendizaje basado en proyectos y desafíos reales—sitúan al estudiante en el centro del proceso, impulsando la creatividad y el pensamiento crítico, habilidades esenciales para afrontar los retos del siglo XXI.
La educación debe ser un faro de valores que fomente la empatía y el respeto hacia la diversidad. Esto implica:
Promover programas y talleres que refuercen la empatía, la tolerancia y el respeto para contrarrestar discursos de odio y estereotipos.
Fomentar el diálogo y la reflexión sobre la dignidad humana, evitando la difusión de imágenes y videos que puedan dañar la integridad de las personas.
Establecer protocolos claros en las instituciones educativas para detectar y actuar ante casos de ciberacoso, grooming y otras formas de violencia digital.
Crear espacios seguros donde los estudiantes puedan denunciar de manera confidencial comportamientos abusivos y recibir apoyo psicosocial.
Al incorporar estos elementos, se sientan las bases para una convivencia escolar más justa y humana, donde cada individuo se sienta valorado y protegido.
Abordando los riesgos del entorno digital
El uso intensivo de la tecnología y la integración de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito educativo traen consigo nuevos desafíos. Es imprescindible:
Integrar la formación de ciudadanos digitales, desde una perspectiva y una pedagogía de autocuidado y cuidado del prójimo, gestión emocional y desarrollo de hábitos digitales saludables, responsables y críticos.
Educar a la comunidad escolar sobre la importancia de promover una cultura de ciberseguridad, la importancia de proteger los datos personales y las implicaciones éticas en el manejo de la información.
Incentivar la participación de toda la comunidad educativa en la creación de normativas y protocolos que regulen el uso de la IA, asegurando que esta herramienta se utilice en beneficio del desarrollo integral de cada persona.
Estas medidas no solo buscan mitigar los riesgos inherentes como la propagación de desinformación o la difusión de contenidos que vulneren la dignidad humana, sino también potenciar una educación que forme ciudadanos críticos, éticos y comprometidos con un entorno digital seguro y humano.
La transformación educativa es una responsabilidad compartida entre docentes, estudiantes, familias y la comunidad en general. La integración equilibrada de la tecnología y la apuesta por metodologías innovadoras deben ir de la mano de un firme compromiso colectivo con la formación en valores y el bienestar integral de la comunidad educativa. Al convertir la escuela en un verdadero oasis de aprendizaje, estamos construyendo el camino hacia un futuro en el que nuestros NNyA se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo, capaces de liderar y transformar la sociedad con empatía, respeto y resiliencia.
Mariana Savid Saravia.
Psicopedagoga, especialista en Neuroeducación y
Educación en Ciudadanía Digital.
M.P. P:13-5610